febrero 16, 2015

Jonathan Carrascal: “Esperaba hundirme hasta la cintura, no hasta los hombros”

Trabaja de noche para que todo esté a punto en las pistas de Panticosa cuando llegan los esquiadores. Lleva haciéndolo

Trabaja de noche para que todo esté a punto en las pistas de Panticosa cuando llegan los esquiadores. Lleva haciéndolo tres años subido en una máquina ratrack. Y ahora, de repente, un vídeo le ha hecho famoso. Un divertido vídeo que se ha convertido en viral y que han visto ya más de 500.000 personas en la página de Facebook de Aramón Formigal-Panticosa. Es Jonathan Carrascal Escartín, un maquinista de 22 años, que nació en Panticosa y lleva allí toda su vida, y que ha revolucionado las redes gracias a su particular manera de medir el espesor de la nieve. ¿Aún no lo has visto? Prepárate para soltar una carcajada.

¿Te ha sorprendido la repercusión del vídeo?
Sí, la verdad es que sí. Hay gente que me dice por Panticosa que me he convertido en una estrella, pero tampoco es para tanto. Me han hecho una entrevista para Onda Cero y también han venido a grabar un reportaje los de Aragón Televisión.
Curiosa forma de medir el espesor de la nieve…
Sí, nos pilló inspiraos (risas). Estaba con Valentín Pueyo, un compañero, en el llano de Fobas II, a la altura de la cafetería, donde te deja el telecabina. Es raro que nos juntemos dos máquinas en el mismo sitio. Era nieve polvo, recién caída y aunque es un llano se había acumulado un buen montón. Y me dio por lanzarme a la nieve.
La nieve te llegaba hasta los hombros… ¿te lo esperabas?
La verdad es que esperaba hundirme porque veía mucha nieve, pero tal vez hasta la cintura, no hasta los hombros.
¿Soléis grabar a menudo vídeos como este? ¿Se lo mandasteis a mucha gente?
No solemos hacerlo, la verdad. Vamos a trabajar y nada más. Tenemos un grupo de whatsapp de los maquinistas, somos pocos y es la forma de decirnos cualquier cosa del trabajo. Les mandamos el vídeo sólo a ellos, y yo se lo mandé a mi tío, a nadie más, porque no me gusta mandar cosas del trabajo. Mi tío se lo mandó a un amigo, ese amigo a otro amigo… ¡y mira hasta dónde ha llegado! Enseguida me llamaron de Formigal para ver si podían colgarlo, y les dije que sí, claro”. Si llego a saber el éxito que iba a tener, lo cuelgo antes (risas).
¿Recordabas alguna nevada tan grande?
No, la verdad es que no. Hace dos años nevó mucho más, pero en varios días, no tanto de golpe en un solo día.
¿Fue difícil salir de allí? Eso no se ve en el vídeo…
No, difícil no. Me di media vuelta hacia la máquina, que ya se ve en el vídeo que está cerca. Una vez que pisas la nieve se va quedando dura, así que fui pisando, pisando y al final me agarré a la máquina y salí. Aunque hay gente en el pueblo que dice de todo, que si me tuvieron que sacar con una sirga, con una cuerda… Uno me llegó a preguntar que cómo estaba, si me había recuperado, como si hubiera estado enfermo o algo.
¿Cómo es el trabajo de un maquinista?
Imagina por ejemplo una pala roja después de un sábado con la estación a tope. La pista se queda como un campo de minas, se forman bañeras, al derrapar los esquiadores van mandando nieve ladera abajo continuamente… hay que remontar la nieve que ha ido cayendo para que se reparta de forma uniforme por toda la pista y quede lisa. Si no lleváramos la nieve arriba, al cabo de un mes estaría toda abajo y no se podría esquiar. Y cuando cae una nevada, lo que tenemos que hacer es apretar la nieve, compactarla y allanarla, para que se pueda esquiar y para que no se levante si viene viento. Si ese día había 1,80 metros de nieve polvo, una vez que pasamos la máquina eso se queda en alrededor de medio metro de nieve compactada.
Jonathan-Carrascal-video-Aramon-maquina
¿Es difícil manejar una máquina ratrack?
Hombre, es bastante complicado. Hay gente que lo tiene que dejar porque no se hace con ella. Además, está la dificultad de trabajar de noche, te tienes que conocer muy bien la estación. En un día de nevada o de niebla no ves nada. Y también manejo el cabrestante, que es una máquina igual a la del vídeo pero con un cable que permite subir por laderas empinadas.
Te encanta tu trabajo…
Llevo tres años de maquinista. Es lo que más me gusta, lo que soñaba hacer desde pequeño y, mira, ya lo tengo. Mi tío trabajaba en la estación y yo quería venir aquí también. Al principio trabajaba en los remontes, hice turnos de fines de semana durante un par de años mientras estudiaba. Luego ya me ofrecieron trabajo fijo de maquinista.
¿A qué te dedicas el resto del año?
Hay que buscarse la vida. En verano trabajo en el balneario de Panticosa, dando paseos en poni a los niños por la pradera.
¿Y seguirás grabando vídeos en la próxima nevada?
Visto el éxito, si cae una buena nevada habrá que hacer algún otro (risas).