febrero 19, 2018

Colores

Los colores definen la dificultad de las pistas en una estación. Pero también definen un nivel de esquí e incluso actitudes


Dani Maza es demostrador de la Escuela de Española de Esquí y ha conseguido hacer de su pasión, la nieve, su trabajo. La vive con el mismo entusiasmo que transmite sus enseñanzas. Este invierno nos acompañará en el blog con algunas lecciones de técnica. Este es su primer artículo:
VERDE, AZUL, ROJO y NEGRO. Estos son los colores que definen la dificultad de las pistas en una estación de esquí. Pero también definen un nivel de esquí determinado. E incluso actitudes diferentes por parte de los esquiadores. Conforme avanzamos por los colores en nuestra progresión personal, no sólo nos enfrentamos a dificultades técnicas sino que también las emociones entran en juego jugándonos buenas y malas pasadas en ocasiones. ¿Quién no se ha agobiado alguna vez? Yo mismo, las emociones están ahí en cada situación y ¡es la lucha del día a día! Si buscas evolucionar has de superarlas.
La manera correcta de enfrentarse a nuevas situaciones o deportes como aprender a esquiar es a través de un buen método que conseguiremos si contratamos a un profesor de esquí.
La técnica y la preparación minimizan los riesgos para que la progresión sea correcta, disfrutona y con sentido común. Y hemos de avanzar por los colores que estén acordes a nuestra capacidad técnica.

1º.- VERDE

Empezaremos esta serie de artículos por el principio, por el color verde y su ejercicio correspondiente. Aparentemente básico, pero que lleva mucho tiempo perfeccionar: “la posición”.
Utilizaremos una pista de la zona de seguridad, como las cintas  de Anayet, donde el entorno es seguro y nada nos causa estrés, podemos concentrarnos en el ejercicio y en nada más.

Como estar de pie encima de los esquís es clave, de ahí van a partir todos los movimientos, así que la posición ha de ser siempre lo más perfecta posible.
Lo importante es buscar la naturalidad en todo lo que hacemos. Los pies separados a la anchura de las caderas, brazos levantados y separados del cuerpo. Y, lo más importante, nuestro cuerpo ha de estar erguido, ni encorvado ni sentado, dejando caer el centro de gravedad entre los dos esquís y permitiendo como se ve en la foto que las rodillas y los tobillos estén flexionados de una forma natural. El trabajo pélvico es importante, si no sujetamos los abdominales en cuanto haya aceleración la cadera se irá hacia atrás.
Conforme avanzamos veréis que mantener la posición no es tan sencillo. Las variables que ocurren a tu alrededor mientras esquías afectan a tus emociones. La tensión sumado a la velocidad y la pendiente hacen que la lucha de un esquiador por mantener la posición sea constante.