marzo 14, 2015

Primeras lecciones de esquí para novatos

Ponerse unos esquís por primera vez implica una sensación extraña. Las botas pueden resultar incómodas, las fijaciones complicadas de manejar…

Ponerse unos esquís por primera vez implica una sensación extraña. Las botas pueden resultar incómodas, las fijaciones complicadas de manejar… y moverse sobre la nieve puede parecer una misión imposible para quien nunca lo ha hecho si al primer intento de movimiento los esquíes se cruzan o se deslizan sin control. Mantener el equilibrio y tomar el control de los esquís no es difícil, solo requiere un poco de práctica.
En primer lugar, debes practicar la forma de ponerte y quitarte los esquís y las botas. Escoge una zona llana o de escasa pendiente. Si hay pendiente, por pequeña que sea, debes colocar las tablas en posición perpendicular a la pendiente para evitar deslizamientos indeseados.
Asegúrate de cerrar bien las botas y, antes de colocarte los esquís, comprueba que no hay nieve acumulada en la suela de tus botas ni en las fijaciones. Introduce la punta de la bota que esté más abajo en relación a la pendiente y, a continuación, presiona fuerte con el talón. La bota quedará anclada al esquí. Repite la operación con la pierna de arriba mientras te apoyas en los bastones ¡y listo! Ya estás preparado para empezar a esquiar.
Asegúrate de que tanto tus botas como tu ropa y accesorios están correctamente ajustados, no hay nada más incómodo que esquiar sin estar a gusto con lo que llevas puesto.
Los bastones son de gran ayuda para un esquiador novato, ya que ayudan a mantener el equilibrio. Pero evita hacer demasiada fuerza con ellos, piensa que son solo un apoyo y recuerda siempre que el desplazamiento sobre la nieve se controla fundamentalmente con las piernas.
Aprende a coger bien los bastones desde el principio. Introduce la mano por dentro de la correa de abajo hacia arriba, así cogerás la correa y la empuñadura del bastón al mismo tiempo y, si te caes, el bastón quedará colgando pero no se interpondrá entre nuestra mano y la nieve, y evitarás lesiones como el ‘pulgar del esquiador’.

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Cursillo en Cogulla, Cerler

La posición del cuerpo sobre los esquís debe ser lo más relajada posible, con los pies separados aproximadamente a la anchura de las caderas, el peso del cuerpo distribuido de forma homogénea y las rodillas flexionadas hacia delante, siguiendo la flexión que determinan las botas. La cabeza y los brazos deben estar relajados. Una vez que te has familiarizado con la posición, comprueba que si te inclinas hacia delante mantienes el control sobre los esquís y, si te inclinas hacia atrás, sientes que pierdes el equilibrio. Prueba también a inclinarte de forma lateral, sobre los cantos de los esquís, es un movimiento que te ayudará a entender cómo vas a girar y frenar cuando comiences a desplazarte.
Una vez que estés familiarizado con tus esquís y el resto del material, y que hayas perdido el miedo inicial si lo tenías, ya puedes buscar una suave pendiente, una pista verde  para deslizarte y comenzar a disfrutar del esquí. Y recuerda que los monitores de las escuelas de esquí de las estaciones son los que mejor pueden ayudarte a dar estos primeros pasos de forma correcta y divertida.
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