diciembre 29, 2014

Cómo afecta el viento a una estación de esquí

El viento es – junto con la falta de nieve, obviamente – el principal enemigo de las estaciones de esquí.

El viento es – junto con la falta de nieve, obviamente – el principal enemigo de las estaciones de esquí. Sus efectos son devastadores, y en cierta medida imprevisibles por su propia naturaleza intermitente.
Cuando el viento sopla – como está ocurriendo tanto ayer como hoy en la estación de Formigal-Panticosa, produce al menos seis efectos:
– Se lleva la nieve caida en las montañas, arrastrándola fuera de los límites de la estación
– La nieve que deja en la estación se presenta venteada (llena de «baches» producto del viento, de nieves de distintas calidades) pudiendo crearse también ventisqueros (acumulaciones de nieve profunda en zonas a resguardo del viento)
– Crea placas de hielo en las partes más expuestas al viento, al dejar al descubierto la capa base.
– Provoca el cierre de los remontes por motivos de seguridad, cuando se dan rachas de más de 60km/h.
– Reduce la visibilidad (por la nieve en suspensión) y limita la percepción del relieve.
– Aumenta la sensación de frio, ya que el efecto viento (50km/h por ejemplo) reduce la sensación térmica entre 8 y 20 grados, aumentando el riesgo de congelación de las partes del cuerpo más expuestas.
Esta era la situación ayer por la mañana, según recogía el usuario @esponjose en su cuenta de Instagram.


El problema añadido es que el efecto del viento no es igual en toda la estación, ni afecta de igual manera a todas las instalaciones de la misma, y en la zona de parking puede parecer que hace un día agradable, y en cotas altas encontrarnos con vientos de mucha intensidad. Ayer (28/12/14), la estación de Formigal-Panticosa registró rachas de 122.7 km/h en Anayet, y esta mañana (29/12/14), tras un inicio de la jornada relativamente tranquilo, que ha permitido abrir la estación, ha subido hasta alcanzar picos de 74.8 km/h, lo que ha obligado al cierre de varios remontes, cuando algunos modelos meteorológicos daban máximas de 5km/h. En una situación como la vivida estos días en la estación, la única opción es el cierre selectivo de remontes, o el cierre total de la estación, por motivos de seguridad.
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Así como en una situación de escasez de nieve, si hace frío, podemos suplementar o suplir ese elemento gracias a los cañones, en el caso del viento estamos totalmente expuestos a sus efectos. La única actuación que se puede hacer – y que estamos haciendo – es la que realiza el equipo de maquinistas, de pisar el máximo número posible de kilómetros, a pesar de las extremas condiciones, por falta de visibilidad y temperaturas muy bajas, para intentar mantener el mayor volúmen posible de nieve en pistas, y prepararlas para que todos podamos disfrutar del esquí en cuanto las condiciones lo permitan.
Para el resto de semana el pronóstico habla de una mejoría de las condiciones, que confiamos nos permita volver a abrir las estaciones con normalidad, y progresivamente poner en funcionamiento más kilómetros esquiables.