Ver amanecer en un ibón
Puede no parecer el plan más relajado, pero madrugar y salir con frontal tiene su recompensa: llegar a un ibón justo cuando amanece y tenerlo solo para ti. Los ibones de Batisielles o Escarpinosa son de los más accesibles y populares. Pero si llegas antes que nadie, puedes disfrutar del silencio, del agua tranquila, del cambio de luz. Y luego pasar el resto del día con la sensación de haber empezado por lo mejor. Ya no hace falta mucho más.
Recorrer los pueblos del Solano
Una forma tranquila de conocer el valle es recorrer los pueblos del Solano: Eresué, Ramastué, Liri, Arasán y Urmella. Son pequeños, soleados y muy tranquilos. No hay que andar mucho en cada uno, y el trayecto entre ellos, por carretera, también forma parte del paseo. Es un plan para dejarse llevar sin horarios ni agobios.
Chapuzón en una poza
El agua está fría, pero nada como un baño rápido en el río para refrescarse. Las pozas del Ésera, a la altura de Sahún, cerca del puente de San Jaime o en la zona de Senarta, son lugares clásicos del verano. No hace falta quedarse mucho rato dentro para que el cuerpo lo agradezca.
Caminar a la sombra de un bosque
Otra opción para los días de calor es buscar la sombra del bosque. Puedes recorrer la Selva de Conques, el camino tradicional entre Sahún y Villanova, o el sendero botánico de las Gorgas del Alba, que atraviesa un frondoso hayedo junto al río. Paseos fáciles, frescos y sin prisa.
Mirar las estrellas
La montaña tiene algo especial cuando cae la noche. El parking de Ampriu, en la estación de esquí de Cerler, es un lugar accesible desde donde ver el cielo lleno de estrellas. También puedes subir a los miradores de Eresué o Chía y dejar que pase el tiempo en silencio, mirando hacia arriba.
Lee un libro en la naturaleza
A veces no hace falta moverse mucho. Leer un libro en el lago de Eriste, bajo un árbol o en un banco, es un buen plan. Si prefieres más altura, puedes subir al mirador del Pichirilo, donde el paisaje ayuda a que todo vaya más lento.
El Valle de Benasque está lo bastante escondido como para que llegar hasta aquí ya tenga sentido. Una vez dentro, puedes tomarte el tiempo como quieras. Sin prisa, sin ruido. Solo tú y el valle.